Llegó a conductor de “CQC” Desde el domingo, a las 23 y por Telefe, ocupará un lugar junto a Ernestina Pais y Juan Di Natale. Igual seguirá haciendo notas en la calle y con la conducción de “Zapping”.
Por Sandra Commisso. scommisso@clarin.com
De a poco, lentamente, sin prisa y sin pausa. Así va Guillermo López por la vida. Así llega a la mesa de CQC, como uno de sus conductores. Será a partir del domingo 3 (en horario a confirmar, alrededor de las 23) por Telefe, junto a Ernestina Pais y al histórico Juan Di Natale.
Vas a ocupar un lugar con mucha historia. ¿Cómo te sentís con eso?
Como no lo tenía en mis planes y me tomó por sorpresa estoy muy tranquilo. Sé más o menos de qué se trata, porque lo hice otras veces y a medida que van pasando los días, me va cayendo la ficha. Pero lo bueno es que antes de estar ahí sentado estuve diez temporadas trabajando como notero.
Te fuiste acercando muy de a poquito...
Sí, y lo bueno es que se fue dando sin que yo pidiera nada. Todo es producto del laburo y eso me mantiene muy tranquilo. La verdad es que nunca me manejé con lobbys y ese tipo de cosas. Lo que logro es laburando. Creo que las cosas van pasando a medida que las vas haciendo. Es la manera de que fluyan como una consecuencia natural.
Incluso creo que va a funcionar así también para el televidente.
Claro, lo que me pasa es que en la calle la gente, desde que se enteró, me dice: “Che, te lo merecés”. También escuché a Mario (Pergolini) diciendo que está bueno que yo esté ahí, como uno de los conductores. Está bueno que pase eso, me hace sentir bien. Está bien lejos de lo que sería ser un paracaidista.
Claro, resulta bastante lógico.
Sí, porque soy parte de un equipo y en estos últimos cuatro años hice mi propio camino también por otro lado con Zapping, así que todo sirvió para que llegara hasta acá.
Ahora, pasaste de un dúo (con Julieta Prandi) a un trío.
Con Juli nos conocemos de memoria y con Ernestina y Juan se está empezando a generar algo, tenemos que amoldarnos unos a otros. Nos escuchamos y estamos generando nuestro propio código. Hay cosas que se irán aceitando a medida que avance el ciclo.
¿Cómo creés que vas a darle tu sello al programa que ya tiene su marca registrada?
Creo que como a cada cosa que hago, le pongo mi sello. No hago un personaje, sí exagero algunas cuestiones, obviamente. Pero mi intención es ocupar ese lugar con mucho respeto, porque además Gonzalo (Rodríguez), a quien reemplazo en el piso, es mi amigo. Y los dos estamos contentos con el cambio. Me parece que le puedo aportar a la conducción algo propio. Todos tenemos perfiles distintos y de las diferentes combinaciones se pueden obtener cosas distintas.
Esto se suma a todo lo demás que seguís haciendo.
Sí. Zapping de los sábados; la radio, los sabados a la mañana. La verdad es que dejar también el ciclo diario de Zapping fue una decisión de la productora (que me consultó, obviamente) y a mí me pareció bien porque Horacio Cabak y Amalia Granata lo llevaron muy bien durante el verano.
Eso te permite un poco más de tiempo para vos.
Sí, sobre todo para poder llevar la ropa al lavadero, comer, volver a mi casa, cada tanto, digo... (risas). Con lo que tengo ya es bastante.
Vas a seguir combinando al notero con el conductor, como estar de los dos lados del mostrador.
Lo vengo haciendo en realidad, y me parece que le da un bonus track al programa, es un valor agregado.
No es frecuente que los conductores salgan a hacer notas.
Son formas de manejar la carrera. Hay gente que una vez que llega a un estudio de televisión, siente que no está a altura de salir a la calle. Yo no comparto eso, la calle te da un montón de cosas, te mantiene en contacto con la gente, es estar más cerca de la realidad. Yo reivindico el trabajo de notero y lo disfruto. Está bueno dar la cara y recibir directamente las opiniones sin intermediarios. A diferencia de los que muchos piensan, que te desprestigia si sos conductor hacer de notero, yo creo que es al contrario. Hace poco me crucé con Marcelo Tinelli en un evento y me dijo que lo del notero y el conductor es como el médico que tiene su clínica, pero sigue yendo al hospital para no perder el training. Yo coincido; y creo que él es un tipo que sabe algo de television, ¿no? Además, yo tengo una vida normal y eso me sigue ayudando a mantener los pies sobre la tierra.
¿Qué te imaginás para el futuro? ¿Un programa propio?
En realidad, no tengo un objetivo concreto, siento que puedo lograr un buen lugar en los medios, pero no me imagino demasiado. Con Diego Guebel y la productora Cuatro Cabezas tengo un buen contacto, consulto mucho lo que voy haciendo. Y eso me relaja bastante. Yo me dedico a laburar y él se ocupa de ver qué me conviene más. No pierdo energía en eso, sigo construyendo y cuando aparecen cosas nuevas me siento respaldado. A esta altura no me puedo quejar de lo que fui haciendo. Más adelante me gustaría conducir un programa propio, pero mientras disfruto de lo que hago. Supongo que el resto se irá dando como hasta ahora. Hay que saber escuchar y no engancharse con todo lo que aparece.
¿Cuesta mucho no encandilarse?
No me pasa, por suerte. Supongo porque estas cosas me llegan de más grande y después de diez años de venirla remando. Se sabe que todo lo que sube muy rápido, también baja muy rápido. Veo gente a la que se le vuela cabeza en poco tiempo y también a los pocos meses desaparece.
Siempre nombrás a tu mamá, Nelly, que está pendiente de tu carrera. ¿Qué dice de este nuevo rol?
Está chocha, obvio. Mi vieja disfruta mucho de todo esto, porque sabe el esfuerzo que hay detrás.
Supongo que no tendrás mucho espacio para otros proyectos.
Inmediatamente, no. Pero hace rato me da vueltas en la cabeza un proyecto que en algún momento me gustaría hacer, en teatro. Un unipersonal juntando todo lo que soy: el notero, el conductor. Algo relajado que me permita seguir mano a mano con la gente.
Fuente: Clarín Espectáculos