lunes, 8 de agosto de 2011

Santos espejos!

Al principio no lo veíamos. Era sólo un espejo más; recargado, barroco y todo. Y después lo vimos. Y nos cambió todo. Y ahora no podemos dejar de verlo. Y lo queremos, por supuesto, pero sale como 400 euros. A todo esto... ¿sabés de qué estamos hablando?