lunes, 6 de abril de 2009

"Mi mayor miedo es el furcio"

Gonzalo Rodríguez

¿Cómo te enteraste de que ibas a estar del otro lado del escritorio?
Estaba en China, leí una nota en un diario, con una foto de nosotros tres, pero pensé que era un trascendido.

¿Y qué te produjo?
Nada, porque estaba con jetlag, no sabía si estaba dormido, si estaba despierto, si era verdad, si Internet en China andaba distinto...

¿Habías fantaseado con que podías ser vos el tercero o ni se te cruzaba por la cabeza?
Había fantaseado, pero muy a lo lejos, no me interrumpía el sueño. Después, cuando vine acá, hablé con Cune (Molinero, el productor) y me confirmó que sí, que era cierto. Me preguntó qué pensaba, qué quería, y le dije: ¿Y Ernestina y Juan saben? Sí, sí, saben. ¿Y quieren? Sí, sí. Bueno, listo, dale.

¿Fue lo primero que te preocupó? ¿Si estabas a la altura de los otros dos conductores?
Al menos que ellos lo creyeran, para que estemos cómodos los tres. A Juan ya lo conocía y a Ernestina me la había cruzado en el ambiente, éramos vecinos, pero desde el lado profesional necesitaba una aprobación.

Y más allá de la aprobación de ellos, ¿vos te sentías preparado? ¿No pensaste "por qué yo"?
Mirá, yo hace 10 años que estoy trabajando en CQC, lo tomé como un reconocimiento, como una cuestión de confianza, y si ellos pensaron que yo estaba preparado, confío en eso.

Llegaste a tu casa, ¿y...?
"Mi amor, me propusieron que conduzca Caiga..." Ah, mirá qué bueno.

¿Nada más?
Mi mujer me conoce desde chico, fue mi primera novia de mi ciudad, Balcarce, que yo trabaje en la tele para ella es lo mismo que sea carpintero, gasista o médico... Uhhh, ahora vas a tener que trabajar también los lunes a la noche...

¿Qué creés que ganás y qué perdés con este cambio?
Voy a ganar una arista más en mi carrera, que es la conducción, y no creo que pierda nada, porque, al menos este año, voy a seguir haciendo el Proteste Ya.

Vas a perder tus contactos.
Lo de los contactos es todo mentira. Yo no tengo un teléfono, no tengo off the record con nadie, voy al lugar, salto una valla, abro una puerta... No existe ningún tipo de compromiso, nunca tuve una nota pautada.

¿Cuál es tu mayor temor?
Mi mayor miedo es el furcio, pero creo que vamos a capitalizar mis furcios... No voy a estar editado, voy a ser yo mismo.

¿Cómo te sentís en relación a Ernestina y a Juan?
Soy el más petiso... Me hicieron sentir un par, uno más, Juan con su experiencia, Ernestina con su buena onda, su irreverencia, su espontaneidad. Yo digo que al principio voy a hacer un humilde aporte, teniendo en cuenta que estoy al lado de dos bestias televisivas como ellos. Y tengo el plus de que, como sigo estando en la calle, puedo contar las cosas desde otro lugar.

¿Qué es lo que más te cuesta en los ensayos?
Lo más difícil fue hablarle a ellos dos por intermedio de una cámara, dándoles la espalda... Yo estoy acostumbrado a hablarle a la cámara en la calle, acá no tengo el ida y vuelta de un entrevistado enfrente.

¿Existe el terror a la mente en blanco?
Mirá, cuando no tenga nada para decir no voy a decir nada. No voy a tratar de rellenar minutos de aire sin contenido.

¿En algún momento sentiste que te que daba grande el asiento?
No, no lo sentí grande el asiento. Te digo, estoy como en una especie de inconsciencia absoluta, no me pongo nervioso, no sé por qué... Trato de desdramatizar la situación, porque sé que me puede jugar en contra. Si me eligieron, van tres programas de ensayo y todavía siguen pensando igual, bueno, no es culpa mía si todavía no se dieron cuenta.

¿Vas a "zafar" de cubrir la campaña electoral?
No sé, todo puede pasar... A veces me dan ganas de cubrir determinadas notas políticas, se me ocurren preguntas que me gustaría ir a hacer.

¿No te llamó la Presidenta para desearte suerte?
¡No! ¿Te imaginás?

Clarín