lunes, 15 de marzo de 2010

Un sueño cumplido en el aire

El adolescente Gustavo Olmedo soñaba con viajar por el mundo, ir a conciertos y conocer estrellas de rock. "El día que me paguen por eso, voy a ser feliz", fantaseó este fan incondicional de Kiss, que se dio el gusto no sólo de entrevistar, intimar y fotografiarse con sus ídolos en más de una ocasión, gracias a su trabajo durante quince años en la FM Rock & Pop, sino que acaba de bautizar su primer libro parafraseando un tema de los cuatro fantásticos del maquillaje -"El circo del rock"- y se mostró en la portada pintado como el niño estrella Paul Stanley. Sueño cumplido. "¡Y encima me pagan!"

Conductor desde hace ocho años del programa Apagá La Tele (de lunes a viernes, de 21 a 23) y miembro fundador de Tiempos Violentos (domingos, también de 21 a 23), a fines de 2009 publicó lo que podría entenderse como una suerte de memorias ficcionalizadas de sus años de "periodista especializado" -título que asegura ostentar en su ámbito laboral-, en los que entrevistó a un centenar de artistas internacionales aquí y allá, o bien como el cuento de hadas del metalero que cumplió su sueño gracias a la magia de la radio.

Ni él ni sus amigos de adolescencia que lo llamaban "el Mudo" imaginaron que Olmedo iba a sobrepasar sus fantasías rockeras trabajando en la radio. Pero aquí está, cerrando un ciclo virtuoso que comenzó "de casualidad", en horarios "siberianos" (madrugadas radiales), continuó con su aporte como traductor personalizado de Mario Pergolini (Olmedo tiene un micro de noticias y traduce las entrevistas en inglés del programa Cuál Es?), quien lo envió a los mil y un destinos para presenciar conciertos de rock y entrevistar a músicos consagrados y que concluye con la publicación de El Circo del Rock, que devela la trastienda de sus viajes por el mundo que hizo como periodista radial.

"En realidad, a mí siempre me gustó la música, siempre escuché metal, rock, y de adolescente no sabía qué hacer con mi vida. Terminé la secundaria y no me gustaba nada, hasta que enganché para escribir en la revista Madhouse -dice Olmedo, de 40 años y una parquedad que sólo muta cuando se prende la luz roja del estudio-. Mi interés era más musical, nunca soñé con hacer radio y jugar a Larrea. Mucho después le encontré la onda al medio."

-Se podría decir que entraste en la radio para conocer a los músicos, entonces.
-Esa era la fantasía que yo tenía al principio, después me gustó la radio. De todos los medios es el que más me gusta. Esa cosa de protección y privacidad que tiene cada vez me entusiasma más. Uno no es consciente, pero la radio te contiene y, en una radio como ésta en la que trabajás con total libertad, te podés expresar cómodamente.

-¿Cuál es tu propuesta en Apagá La Tele?
-Tratamos de dar nuestro punto de vista con respecto a muchas cosas que suceden, que es algo que se dejó de lado en la Rock & Pop. Si bien nos inclinamos por el lado del humor, hay cierto costado social y político importante en el programa que la mayoría no le da bola en la radio, más allá de todo el contenido musical.

-¿Con Apagá La Tele dejaste de lado tu perfil metalero?
-Nunca fui el estereotipo del metalero de pelo largo y campera de cuero. Sí me gusta el heavy metal, pero en un momento me di cuenta de que con el metal iba a tener un techo muy bajo, porque a pesar de ser tan popular en la Argentina, es un género muy bastardeado, discriminado en los medios importantes y, además, me dejó de interesar. Empecé a tener más inquietudes periodísticas y dentro del metal era algo muy limitado: no hay bandas grandes de metal en la Argentina y los músicos que tienen algo para decir son muy pocos. Me fui aburriendo y me di cuenta de que era mucho más interesante periodísticamente hablar con Cerati o con Cordera o con Fito Páez. Con el metal no iba a crecer laboralmente. A pesar de eso, después de ocho años en el aire muchos creen que Apagá La Tele es un programa de metal. Igual, los domingos sigo haciendo Tiempos Violentos, que es como para despuntar el vicio.

De su debut editorial, Olmedo rescata la idea de "meterse como protagonista de este circo del rock y contarlo como una aventura. El relato tiene un poco de road movie o de escritor beat, con cosas autobiográficas y un poco con la trastienda del medio, de los músicos, de los conciertos. Mucha gente tiene fantasías con que uno viaja en primera y lo espera una limusina para ir con Axl Rose y no es tan así. Creo que fue una idea original, que no había leído antes".

Mientras se prepara para una nueva emisión de su programa (junto con el equipo que lo acompaña, conformado por Damián Ramil, Christián Raimundi, Gustavo Cibreiro, Lisardo Alvarez, Yamila Galicer, Federico Marcello y Daniel Redin), Olmedo asegura que su objetivo máximo, "más allá de mantenerse, hacer un mejor programa y ganar más plata, es mejorar de horario. Muchas veces siento que este programa pasa un poco desapercibido a esta hora. En este medio, todos creen ser los mejores, que lo que hacen es buenísimo, que merecen ser millonarios y estar a las nueve de la mañana con Pergolini... Bueno, yo también".

Por Sebastián Ramos
De la Redacción de LA NACION


Fuente: La Nación